Esperar el mejor momento para invertir en una vivienda es un error. Al contrario, en lugar de esperar a invertir deberías invertir, y esperar. La magia actúa con el paso del tiempo.
Aprovechando que estamos en los meses típicos de vacaciones, hoy te voy a hablar de las cuatro estaciones inmobiliarias.
Y es que existen fluctuaciones, altibajos y patrones que se repiten año tras año.
En general, es en verano cuando culmina el mercado de compra de residencia habitual, y es en invierno cuando hay menos dinamismo.
Pero el mercado es muy diferente para los que buscan su residencia habitual, y para nosotros, que buscamos una inversión rentable.
De marzo a junio
Es claramente el periodo más propicio para vender.
Es a partir de marzo cuando se ve un incremento en el número de anuncios en las agencias y portales inmobiliarios.
Muchas familias han decidido cambiar de casa y empiezan la búsqueda para estar instalados ya en septiembre.
En estos meses hay mucha competencia.
La llegada de la primavera y el buen tiempo hace propicio desplazarse para visitar viviendas.
Es más fácil proyectarse en un piso o una casa, pues es el período de más luz natural y las estancias se ven más luminosas, más acogedoras, más bonitas.
Por otra parte, a nivel fisiológico estamos más abiertos y con más ganas de empezar proyectos, se acaba el invierno y empieza la primavera, nuestro estado de ánimo es mejor.
Para nosotros inversores, la primavera es el peor momento para comprar. Los precios en general suelen estar más altos, y es cuando las ofertas bajas tienen menos posibilidad de ser aceptadas, puesto que la mayoría de los bienes acaban de salir a la venta.
Para comprar un chollo se debe ser hyper reactivo, y estar en capacidad de identificar rápidamente si estamos ante una oportunidad (pues probablemente otros compradores también la identificarán).
De Julio a octubre
El verano es claramente EL MEJOR periodo para comprar.
La mayoría de los compradores que tenían prisa por comprar para estar instalados en su nuevo hogar a la vuelta al cole de septiembre, ya han comprado.
Quedan sin embargo numerosas viviendas aún disponibles, que se han puesto en venta durante la primavera y que no se han vendido todavía.
Estamos en un periodo mucho más propenso a la negociación.
En concreto, agosto es un mes maravilloso para nosotros, los inversores rentables.
Muchos propietarios que han intentado vender en la primavera se dan cuenta que el precio al que esperaban vender es demasiado alto y aceptan más fácilmente la negociación.
Muchos quieren desprenderse de su vivienda antes de empezar el curso escolar, llevan meses esperando un comprador, etc… están mucho más receptivos a recibir ofertas.
Se junta además que muchos compradores (y muchos agentes inmobiliarios) están de vacaciones en agosto, por lo que hay menos visitas y menos ofertas.
Tenemos mucha menos competencia de familias que buscan su nueva residencia habitual (porque probablemente ya la habrán encontrado) y de inversores, que seguramente estarán de vacaciones.
De noviembre a febrero
El invierno no es un periodo malo para comprar un piso. Hay menos compradores, lo que reduce la competencia.
El principal inconveniente de este periodo es la falta de nuevas viviendas en el mercado. Hay pocos anuncios nuevos.
Quedan los pisos que se pusieron a la venta en primavera, pero que aún no se han vendido.
Si identificamos una de estas viviendas, podríamos cerrar una buena operación. En ocasiones también, son viviendas que no se han vendido ya porque tienen algún problema concreto (precio u otro).
Para los compradores de su residencia habitual, este periodo no es propicio pues las viviendas se ven más oscuras y mucho menos atractivas. Es más difícil tener un “flechazo”. Por otra parte, el mal tiempo, la lluvia, la nieve… no favorece tampoco que la gente se desplace para visitar.
Nosotros, inversores, podemos aprovecharnos de estas circunstancias y hacer ofertas bajas a vendedores motivados que ven cómo las visitas disminuyen y las ofertas no llegan.
En estos meses desde luego la competencia es mínima, pero la oferta también, Hay que buscar muchísimo para encontrar algo interesante (y en ocasiones no se encuentra).
En resumen
La mejor temporada para comprar, para nosotros inversores, es entre agosto-febrero.
Destacando los meses de julio y agosto, pues aún tenemos disponibles bastante viviendas que no se han vendido en primavera, y que son buenos (incluso buenísimos) productos.
La falta de competencia puntualmente durante el periodo de vacaciones estivales juega a nuestro favor.
Se junta además el hecho que, a medida que nos acercamos a final de año, los bancos se acercan también al cierre anual y al balance de objetivos cumplidos y por cumplir.
Supongo que habrás oído que la mejor época para comprar un coche es a finales de año, porque los concesionarios deben cumplir objetivos de venta y están dispuestos a hacer esfuerzos en el precio.
Lo mismo ocurre con los bancos.
Matamos dos pájaros de un tiro.
Nos aprovechamos a la vez de un mercado inmobiliario que se encuentra en unos meses de poco dinamismo (agosto = vacaciones = pocas visitas y pocas ofertas), y de la llegada del final de año (firmando arras en septiembre, se suele firmar la hipoteca en noviembre) con unos objetivos de productos bancarios por cumplir (número de seguros, numero de cuentas abiertas, nóminas domiciliadas, etc..).
Podemos (y debemos) negociar doblemente: con el vendedor y con el banco.
Estamos AHORA MISMO en la mejor época del año para invertir en un piso de alquiler.
Personalmente, aprovecho los meses de verano para visitar muchísimo, y las vacaciones para explorar nuevas ciudades. Sin duda alguna, los mejores productos en los que he invertido los he encontrado en Agosto.
¿Y tú, qué haces en tus vacaciones?
Ahora que sabes que estamos el mejor momento del año, ¿a qué esperas para ponerte a buscar tu Piso Compartido Premium.
Y si te das cuenta de esto, ganarás mucho
Yo siempre digo que el mejor momento para invertir era hace 20 años. El segundo mejor momento es HOY.
El mejor momento para comprar una vivienda es, ante todo, cuando estás listo a la vez a nivel económico y a nivel emocional. Pero por supuesto que los factores externos tienen mucha importancia y hay que considerarlo.
JUGAR A DOS BANDAS (incluso 3 bandas)
Negociar con el comprador.
Negociar con el banquero.
Reforma a principios de año (temporada baja) Habitaciones disponibles antes del verano (alquiler temporal posible, mucha visibilidad para aprovechar la demanda de septiembre.
Artículo claro, conciso y muy interesante. Enhorabuena por estrenar el blog. Suerte 🍀
Me ha encantado el artículo. Nunca lo había visto así pero hace que el verano se presente mucho más emocionante en el aspecto inmobiliario.
¡Eres una inversora inmobiliaria visionaria!
Un articulo bastante clarificador. Gracias por tu trabajo Sam.
Hola Sam!! Pues respondiendo a tu pregunta, estas vacaciones voy a buscar, negociar y comprar un piso para alquilar por habitaciones y/o turístico, eso sí, premium. Está decidido!!!
Gracias por aportarnos tanto valor, eres muy crack!!!